sábado, 28 de agosto de 2010

KYOTO

Campamento base en Kyoto.
En unos días tengo una cita en Osaka con Masaya Kiritake, maestra de Otome Bunraku, un tipo de Bunraku particular, hecho sólo por mujeres.

Mientras que en el Bunraku tradicional una sola marioneta es manipulada por tres personas, en el tipo de Bunraku que realiza Kiritake, es una sola mujer la que lo hace todo.
Para ello hay una serie de mecanismos especiales, diseñados para poder tener esta autonomía, que espero que Masaya pueda enseñarme.

Pero, mientras llega el día de nuestra primer encuentro, estoy en Kyoto, desde donde puedo ir a Osaka durante el día en busca de intérpretes, ya que Masaya no habla inglés.

Aprovecho para ver espectáculos e ir empapándome poco a poco de las artes escénicas japonesas.

En Gion corner, un teatro en el famoso barrio de las Geishas de Kyoto, puedo ver varios espectáculos:

- GAGAKU: que significa "música elegante", es un tipo de espectáculo de origen chino, en el que la música es acompañada por una danza interpretada por un bailarín que lleva una máscara y ropas muy ornamentadas.



KYOMAI: una danza que deriva del teatro Noh y que las maiko y geishas realizan desde el siglo XVII



KYOGEN: una pieza cómica que se hacía inicialmente como interludio en las obras dramáticas de teatro Noh y que poco a poco se fue desarrollando hasta ser un género en sí mismo.




- Y, por fín...BUNRAKU: este arte que se lleva realizando desde el siglo XVI , declarado Patrimonio de la humanidad y por cuya razón una servidora ha viajado hasta Japón.



La historia que pude ver es desgarradora, como casi todas las historias dramáticas japonesas. Una pareja de enamorados cuyo amor es imposible. Él se marcha para quitarse la vida, ella intenta impedirselo pero las puertas de la ciudad ya están cerradas tras él, entonces ella sube hasta la torre a tocar la campana de emergencia, sabiendo que, por esa hazaña, será ejecutada. Se sacrifica por amor. Prefiere la muerte a vivir con la conciencia de que podía haber evitado el suicidio de su amado. Una tragedia en toda regla.

No creo que exagere si digo que es lo más flamenco que he visto nunca en títeres. Cómo ella se suelta el pelo cuando decide subir a la torre, cómo golpea el suelo con fuerza, cómo se muerde las mangas del kimono, cómo mueve los brazos....es desgarrador.

En Bunraku,el texto es interpretado por un narrador/a fuera de la escena acompañada con el Shamisen, un instrumento musical tradicional.

A pesar de no entender lo que decían, los manipuladores transmitían tanta fuerza y pasíon, con tanta precisión y tanta delicadeza, que cuando salí de nuevo a las calles de Gion, todavía tenía la piel erizada.

Sólo por haber tenido la oportunidad de haber visto esto, me ha merecido la pena venir hasta Japón.

2 comentarios:

Jesús Galera Peral dijo...

¡Cuanta envidia! Me gustaría, si fuera posible, que pùblicaras algo en tu blog sobre esa manera de hacer marionetas en femenino ¿Qué temática trabajan? ¿Escribe sobre las mismas historias que el bunraku? Espero impaciente. Un saludo, Jesús.

Dora dijo...

Hola Jesús!
Pues en breve hablaré del Otome Bunraku, que se me acumula el trabajo y no siempre tengo conexión para ir publicando.
Y sí, es muy interesante lo que se cuece por aquí, aunque en Bunraku tradicional, por lo que estoy viendo, las obras son siempre las mismas.
Me alegra que estés por aquí!
Un abrazo desde Tokyo!